La vegetación costera y los procesos participativos para su conservación

La asociación civil APROBIOMA (Asociación Pro- Biodiversidad de Maldonado) con apoyo de la academia, comisiones vecinales y grupos de trabajo en el territorio a través del proyecto “Remanentes Verdes de la Costa” logró co-gestionar tres parches de vegetación costera en el departamento de Maldonado.

Las formaciones vegetales que caracterizan las dunas tanto en la costa platense como en la atlántica son el Bosque Psamófilo (BP) y el Matorral Espinoso Psamófilo (MEP).  Se destacan por ser únicas en la región, por su particular asociación entre especies, su adaptación al ambiente y como proveedora de hábitats. 

Se encuentran también en la costa poblaciones de vegetación herbácea (Herbazales), compuestas por especies endémicas, es decir, aquellas que crecen únicamente en esa región geográfica.

En el departamento de Maldonado el BP y el MEP se distribuyen a lo largo de 122 km en forma de pequeños parches, desde el balneario Solís hasta la Laguna Garzón. La urbanización no planificada en esta zona causó una gran disminución de estos parches, y de los bienes y servicios que estos brindan a la sociedad.

Dentro de estos bienes y servicios se destacan el mantenimiento de la dinámica de la costa mediante estabilización de dunas y el transporte de arena, evitan la pérdida de arena y erosión costera, entre otros.

El BP es definido como tal debido a que cumple con lo establecido en el decreto Nº 452/988 (MGAP, 1988). A su vez, se encuentra bajo protección nacional según la Ley Forestal Nº 15.939 (MGAP, 1987). Si bien existe una normativa que protege al BP, no quedan comprendidas en la misma el MEP y el Herbazal.

Dentro de este contexto, en el año 2011 APROBIOMA con fondos del Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) del MOVTMA-GEF-PNUD lleva adelante el proyecto “Remanentes Verdes de la Costa”. El mismo apunta a la co-gestión público-privada de tres parches de vegetación costera en el departamento de Maldonado: Punta Negra-Punta Colorada, Punta Ballena y Edén Rock, donde se promueve una gestión responsable y participativa.

En las primeras etapas, mediante el trabajo disciplinario con miembros del ámbito académico de la Udelar, la UTU Arrayanes y asociaciones civiles, se realizan tareas de diagnóstico, delimitación y relevamiento de los parches antes mencionados. A su vez, se diseñó e instaló un sistema de interpretación que brinda información y muestra el valor que los habitantes locales le otorgan a los mismos.

El proyecto se centró en cuatro ejes de acción: la conservación de la biodiversidad, la educación ambiental, el uso sustentable de los recursos y el fortalecimiento de la red de actores.

Una manera de conservar la biodiversidad de estas agrupaciones vegetales es a través de información. Dar a conocer el valor de estas especies no solo es su aporte a la biodiversidad, sino como los valores estéticos de las mismas es fundamental.

Dar prioridad al uso ornamental de estas especies, así como al proceso sustentable para reproducirlas, es una forma de contribuir a su conservación en el lugar. Al mismo tiempo, se resaltan sus cualidades estéticas como una forma de desalentar su extractivismo y fomentar la obtención de estas especies en viveros.

En el ámbito de la educación ambiental se llevaron a cabo talleres sobre fibras naturales como una manera de fomentar el uso de flora nativa y especies exóticas invasoras. La producción sostenible de artesanías basándonos en fibras es una forma de generar ingresos a las comunidades locales, así como también una herramienta para el control de especies exóticas.

Se destaca, dentro de los logros del proyecto, el reconocimiento de la condición de Espacio Libre Público al parche de Bosque Psamófilo (BP) de Punta Negra. El mismo se logró mediante expedientes ingresados en la Intendencia Departamental de Maldonado (IDM). De la misma manera se obtuvieron los permisos para instalar los sistemas interpretativos de los parches Punta Negra-Punta Colorada, lo cual se destacó como el primer antecedente de una gestión comunitaria en un área pública.

Por otro lado, en el mismo ámbito y junto a la Dirección Nacional de Vialidad, se instaló cartelería institucional en Edén Rock que posibilita reconocer el valor ecosistémico y el compromiso estatal en la conservación de dichas formaciones vegetales. 

Los autores del proyecto reconocen como parte del éxito del mismo la apropiación por parte de otros actores, los que se apoderaron de la temática, le dieron continuidad en el tiempo y llevaron adelante otras acciones. Tal es el caso del proyecto “Aportes para la conservación y restauración de nuestro ecosistema costero” del colectivo Nativos Punta Negra, desarrollado durante el año 2019-2020 con fondos del PPD, entre otros.

                                                                                                                                                                                                             Autora: Ninoska Idjiloff Goyén