Cerro de los Burros en el Municipio de Piriápolis: un caso de activación patrimonial

Una mirada sobre el proceso de patrimonialización en su etapa de activación del bien patrimonial: un sitio prehistóricos del poblamiento temprano de Uruguay.

Los procesos de patrimonialización, especialmente en lo que respecta a la protección en torno a las ocupaciones prehistóricas, son aún procesos lentos y a menudo pasan desapercibidos. Tampoco escapan a las presiones que ejercen nuevas urbanizaciones, cambios en el uso del suelo y lagunas en la legislación actual. La activación patrimonial es una de las etapas en los procesos de patrimonialización y tiene que ver con seleccionar determinados “patrimonios” y exponerlos, estos pueden ser activados por la sociedad civil, gobiernos locales y nacionales, la academia.

Un ejemplo en el departamento de Maldonado de este proceso es el Cerro de los Burros, un bien, declarado Patrimonio Departamental en 2013 y luego Monumento Histórico Nacional en 2014. Este sitio, ubicado en la localidad arqueológica de Cerro de los Burros – Arroyo Tarariras, es reconocida por el registro artefactual y fechados radiocarbónicos, que datan de las ocupaciones  tempranas del territorio uruguayo y la región, las que se remontan a finales del Pleistoceno, a  unos 10.000 antes del presente. Se ubica a un kilómetro y medio de la costa, entre las urbanizaciones costeras y la zona rural. La relevancia y singularidad del patrimonio natural y cultural del área la ubican entre las zonas. La relevancia y singularidad del patrimonio natural y cultural del área la sitúan entre las áreas prioritarias para ser incorporadas al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP).

El proceso de patrimonialización de elementos del pasado prehistórico en la región de Piriápolis cobró fuerza con la declaración de la pictografía del Cerro Pan de Azúcar como Monumento. Para el caso del Cerro de los Burros, grupos de sociedad civil, como grupo Betel Betete grupos charrúas, como Basquadé Inchalá, Guidaí e INDIA6, logran como colectivo en una primera etapa que el gobierno de Maldonado declarara de “Interés Departamental” en el año 2002. Esta acción derivó en la creación de la Asamblea Permanente de Vecinos del Cerro de los Burros en el año 2006 hasta la instalación en 2009 de la Comisión Vecinal del Cerro de los Burros, con el objetivo de proteger y divulgar el patrimonio cultural y natural de la zona. A partir del año 2008 comenzó un vínculo más fluido entre académicos, la agrupación vecinal y otros actores locales, como Ecópolis, Aprobioma, entre otras. Surgieron así modalidades de trabajo colaborativo entre academia y sociedad civil, y en red con otras organizaciones sociales, posibilitando la amplificación de acciones, con una mayor cobertura territorial, conjugando apoyos y adhesiones a diferentes campañas de divulgación y de conservación.

En el año 2013, la cima del Cerro de los Burros estuvo en riesgo de ser privatizado y convertida en suelo rural suburbano. Esta situación generó varias acciones de la sociedad civil organizada que culminó en la adjudicación de la figura de Monumento Histórico Nacional. Este tipo de protección es más fuerte cuando es por parte del Estado. Estas acciones continuaron con la solicitud de ingreso de la cuenca del Arroyo Tarariras y parte de la zona costera.

El sitio protegido y su entorno tiene como particularidad que es sostenido con esfuerzo de las organizaciones locales, las que ofician como organismos de control y gestión. El área no está exenta de conflictividad, al igual que en diversos sectores de la zona costera se expresa un creciente desarrollo orientado al turismo de sol y playa. Contexto donde el sector inmobiliario y la construcción son los principales agentes de cambio y transformación del suelo, tanto urbano como rural. La pérdida de estos espacios patrimoniales generalmente está asociada a cambios significativos que tienden a la degradación ambiental.

Además de contar con la figura de protección Departamental y Nacional,  ha sido incorporado al Inventario Nacional de Sitios de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación en el año 2017. A nivel local, la legislación departamental vigente para la planificación territorial de los municipios de esta región, se plantean como directrices específicas: la revalorización del Patrimonio cultural y paisajístico; el manejo integrado de la costa y de las laderas; la mejora de la calidad ambiental; la protección y manejo responsable de usos y ocupación de bienes y recursos naturales; revalorizar áreas rurales de paisaje natural o construido, incluyendo el paisaje serrano rural (Artículos No. 19, 20, 21, 37, 38 y 40 del Decreto 3867/2010).

Las acciones de patrimonialización y las etapas de activación a escala local impulsadas desde la sociedad civil organizada, expresan procesos de re territorialización. Estas acciones, a través de la valorización de determinadas expresiones como patrimonio, develan el territorio como un espacio culturalmente diverso. Al mismo tiempo, permiten el análisis de las políticas patrimoniales y territoriales en una región en la que la gestión territorial y ambiental permanece desarticulada y con dificultades para desarrollar instrumentos de protección, tales como planes de manejo y planes locales de ordenamiento territorial. 

Finalmente, esto pone en evidencia la necesidad y el derecho de los habitantes de tener un vínculo con el pasado, a la memoria e identidad a través de las expresiones físicas del territorio, tal como lo es el acceso a los espacios naturales y al disfrute del paisaje.

Autora: Carolina Della Ratta Vernengo.