Pastizales en el Paisaje Protegido Laguna de Rocha: Impactos y medidas de conservación para las aves migratorias

Preservar el hábitat integrado por  los pastizales es vital para la supervivencia de especies tales como la Calidris subruficolis y Pluvialis dominica. 

A partir de una investigación en los pastizales costeros de la Laguna de Rocha, reconocida como un área de conservación a nivel mundial para las aves playeras migratorias, se examinaron los predios agropecuarios de la zona desde una perspectiva ambiental y productiva. El objetivo fue comprender cómo se maneja el hábitat de las aves playeras de pastizal, incluidas dos especies de chorlos: Calidris subruficolis y Pluvialis dominica. Cada año vuelan 30,000 km para reproducirse en la tundra ártica y luego regresan a las costas del Cono Sur.

La Laguna de Rocha es una de las diez lagunas costeras que se extienden desde el sur de Brasil hasta el sur de Uruguay, separada del ambiente costero por una barra arenosa. El nivel del agua se relaciona con el régimen de precipitaciones y la dinámica de la barra, lo que afecta la productividad y biodiversidad del lugar. La laguna forma parte del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas, la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras, la Reserva de Biósfera Bañados del Este, y la Convención para la Conservación de Humedales de Importancia Internacional. 

La laguna alberga más del 6% de la población mundial de chorlito canela y más de 10,000 individuos de chorlo pampa, convirtiéndose en un sitio relevante para ambas especies durante su concentración no reproductiva. La conservación de éstas es crucial para proteger a otras especies que también dependen de estos hábitats. 

Los pastizales costeros utilizados para la cría de ganado han demostrado ser compatibles con la conservación de las especies de aves playeras migratorias que se concentran en la zona. Conocer cómo se realiza el manejo del pastoreo es esencial para poder replicarlo en otros sitios de la región y generar una red de hábitats adecuados para estas especies.

Para ello se entrevistaron a once  propietarios que gestionan el 79% de la superficie agropecuaria en el Área Protegida, abarcando el 89% de la superficie de las aves migratorias. La mayoría de los predios practican la producción de bovinos, con especializaciones en el ciclo completo y la cría-recría. También se siembran cultivos agrícolas y forrajeros en un 22% del área de estudio, principalmente praderas artificiales, verdeos y siembras de leguminosas. La soja es el único cultivo agrícola presente en un 0,4% del área de estudio.

A partir del estudio, se determinó que el manejo agropecuario juega un papel crucial en la conservación de los sitios de chorlos, siempre y cuando se lleve a cabo un pastoreo adecuado que mantenga el pasto a una altura promedio de 4-5 cm durante la primavera y el verano. Esto evitaría la degradación de la cobertura vegetal por sobrepastoreo y la protección de la producción forrajera y ganadera. Se observó que la falta de ovinos en las zonas bajas está reduciendo el hábitat de los chorlos, lo que resalta la necesidad de un manejo adecuado del forraje y la distribución de agua dulce en esas áreas para evitar la acumulación excesiva de forraje en la temporada de primavera-verano. 

Es importante adaptar el manejo del pastoreo a las características específicas de cada zona y considerar los efectos del cambio climático. Para asegurar la eficacia del manejo agropecuario, se recomienda un monitoreo continuo de los sitios de chorlos y realizar ajustes según sea necesario. 

Se sugiere promover la conservación de los hábitats naturales de los chorlos mediante la implementación de políticas de conservación y programas de educación ambiental dirigidos tanto a los productores como a la comunidad en general.

Autora: Mariela Antiga Bovio