Nueva mirada al actual modelo de habitar la costa de Rocha

La modalidad actual del uso urbano y su ocupación del territorio genera tensiones en el sistema costero. Se proponen alternativas al modelo existente para la gestión planificada.

La zona costera posee características particulares en relación con otras áreas de nuestro territorio. Las mismas involucran aspectos físicos, biológicos, ecológicos, socioculturales, territoriales, políticos, normativos y económicos, con sus respectivas implicancias y manifestaciones en base al uso y ocupación del suelo propios. 

El territorio comprendido entre las áreas protegidas de la Laguna de Rocha y el Cabo Polonio constituye una zona de riqueza única, ya que presenta diversos ecosistemas que allí confluyen. Al mismo tiempo, por ser  una zona buffer o de amortiguación, posee características específicas en relación con su fauna y su flora como proveedora de hábitat, de espacios para nidificación, reproducción y dispersión, y es soporte de importantes procesos ecológicos que suceden entre ellas.

A partir de un análisis de ocupación territorial se identifican tres estados o fases de consolidación urbana: áreas consolidadas, en vías de consolidación y sin consolidar. Así como también se consideran los padrones rurales, a los cuales a través del Plan Local de Ordenamiento Territorial “Los Cabos”, se les atribuye la categoría de potencialmente transformable. Dicho Plan establece una zonificación estratégica, determinando las categorías del suelo, sus usos y las actividades admitidas para el ámbito de aplicación del mismo. 

Esta zonificación apunta al desarrollo del turismo en la costa y al mismo tiempo, busca establecer un área para futuros proyectos de infraestructura a gran escala, los cuales se identifican como causas dinamizadoras de la consolidación urbana.

No son consideradas por el Plan zonas de protección costera, exceptuando la faja de defensa de costas y las áreas protegidas mencionadas, lo que deja la zona comprendida entre ambas sin criterios o variables que contemplen la matriz ecosistémica. La misma está compuesta por pradera natural, la cual combina herbáceas de bajo porte con predominio de gramíneas.

La presión urbanística generada sobre la costa es regulada por la normativa vigente en los distintos grados de consolidación, lo cual, de continuar su proceso, generaría una urbanización uniforme y lineal paralela a la misma

Para abordar el análisis de esta problemática, se necesita una visión integradora, sistémica e interdisciplinar que permita crear una metodología alternativa de apropiación del territorio costero. La misma debe contemplar la interrelación entre los ecosistemas y las presiones asociadas a la consolidación urbana.

El estudio propone una serie de pautas y recomendaciones orientadas al desarrollo sostenible y la preservación de los ecosistemas basada en tres aspectos: la apropiación, la activación y la hibridación del territorio en cuestión.

Una de las recomendaciones con base en el modelo de apropiación propone la identificación de áreas que requieran atención específica, desarrollando en las mismas planes de manejo o proyectos especiales con el fin de preservar, controlar y mitigar los efectos causantes de presión.

En cuanto a la activación del territorio mediante la integración de la realidad costera con la rural, a través una red de espacios públicos que no centren su actividad en la playa, lo que se puede materializar esto a través de la creación del Parque Rural ruta 10.

Por último, con base en el aspecto de hibridación del territorio, se plantean pautas de actuación respondiendo a los diferentes estados de consolidación que atiende los temas de estimulación de actividad turística o des-estimulación turística en función de la consolidación urbana con sus respectivas pautas de manejo y conservación.

Finalmente, en base al estudio de los resultados de la tesis, y como forma de brindar consideraciones que contribuyan en la actuación pública, existe la necesidad de aplicar metodologías de apropiación del territorio. Esto muestra que las mismas deben involucrar a los ecosistemas como una variable importante para la toma de decisiones, tanto a nivel de planificación territorial y urbana como para planes de actuación específicos.

                                                                           Autora: Ninoska Idjiloff Goyén