Experiencias comunitarias en torno a la alimentación en La Capuera

La construcción social del territorio, como fenómeno identitario, demuestra la capacidad de generar resiliencia en los territorios.

La Capuera es un barrio ubicado en el  kilómetro 110 de la ruta IB perteneciente al Municipio de Piriápolis, en el departamento de Maldonado. Se extiende desde la ruta hasta la costa de la Laguna del Sauce y está a unos 18 km de la capital departamental. Es un barrio obrero, producto de la fuerte migración que recibe el departamento en busca de oportunidades laborales. Esto ha provocado un fuerte crecimiento poblacional, pasando de alrededor de 500 habitantes en 2004 a 2800 en 2011. En la actualidad se estima que la población ha crecido significativamente.

Este barrio tiene una identidad propia dada por esta característica de su población, donde la gran mayoría proviene de distintos departamentos del país y de otros países. A lo largo de los años los vecinos generaron experiencias comunitarias que contribuyen a la construcción social del territorio. El territorio va más allá de sus significados básicos de tierra y espacio geográfico, e incluye cuestiones tales como la capacidad de las personas de comprender, crear, recrear y apropiarse del mismo.

A continuación se presentan una serie de estas experiencias relacionadas entre sí y que surgieron en torno a la alimentación. Estas demostraron la capacidad de resiliencia de La Capuera frente a un evento de crisis como la pandemia.

Hace 7 años se gestó el espacio cultural El Nido, un punto de encuentro donde se ofrecen diversidad de actividades culturales y talleres (candombe, danza, rap, murga, teatro, etc.). Además, este cuenta con una biblioteca comunitaria. Nucleados en El Nido, los vecinos se organizan, piensan, gestionan su barrio, y trabajan para generar identidad y vivir en colectivo.

En este contexto surgió, en el marco de la pandemia de 2020, “La Ollita”, una olla popular con el fin de acercar alimentos a las familias más carenciadas del barrio. La olla brindó también un espacio de disfrute, contención y diálogo. En estas discusiones se entendió que la olla era una vía a corto plazo, por lo que se pensó en soluciones a largo plazo que brindaran herramientas para potenciar la soberanía alimentaria y la autosuficiencia de los vecinos. Por soberanía alimentaria se entiende, entre otras cosas, el derecho de cada pueblo a ser soberanos con sus propias decisiones respecto a la alimentación.

Es así que nace ”Vecinos en la huerta”, experiencia que consiste en incentivar a los vecinos a autoabastecerse de un alimento sano y de calidad a través de huertas familiares a pequeña escala. Desde El Nido se organizan “mingas”, es decir jornadas de trabajo colectivo y de apoyo mutuo, para el armado y mantenimiento de estas huertas. Esta experiencia cuenta con el apoyo de extensión universitaria del CURE la cual acompaña la iniciativa.

A partir de esa experiencia, se presentó ante la Intendencia un proyecto donde se planteó la necesidad de acceder a tierra para desarrollar una huerta comunitaria, con el fin de producir alimentos orgánicos de calidad de manera cooperativa y así seguir empoderando la soberanía alimentaria en el barrio. La Intendencia cedió un terreno y es así que nació la huerta comunitaria “Visionarias”, a inicios de 2021. En esta iniciativa han participado colectivos como la Red de semillas, la agrupación La Minga, y el grupo de estudiantes de extensión del CURE.

Además de proporcionar alimentos, estas experiencias han tenido un gran impacto social mediante la generación y el fortalecimiento de lazos y valores comunitarios. Los vecinos destacan y valoran las amistades generadas, la ayuda recibida, los vínculos y relaciones como una de las partes más importantes. De esta manera, estas experiencias proporcionaron un ámbito de generación de identidad y pertenencia al territorio, aún cuando el mismo fue poblado desde una diversidad de orígenes.

Autora de ficha Catalina de Soto